dc.description.abstract | Las máscaras rituales son recursos que sirven de acompañamiento en la representación dancística y performática para realizar un acto escénico, simbólico dentro de un espacio de confluencia social, cultural, religioso y/o político. En ellas los portadores, frecuentemente danzantes, se apoyan para transmutar su personalidad encarando y corporeizando personajes míticos como el jaguar-tezcatlipoca, los judas, los negritos o el mismo diablo, entre otros.
La danza cumple un papel clave dentro del drama social y festivo de una comunidad, grupo o pueblo en un territorio; forma parte de los procesos de significación e interpretación de la vida cotidiana y es vital en la práctica y reafirmación de la identidad, o bien como elemento de defensa y reguarde de los valores en común de una cultura determinada, que se actualizan en un espacio de transgresión como lo es el carnaval y la fiesta de cada ciclo anual.
La máscara mexicana, por lo tanto, da rostro a los imaginarios de culturas diversas que al mismo tiempo configuran un México profundo (Bonfil: 2008). También relatan historias a partir sus procesos de elaboración, desde la recolección y selección de materiales hasta las formas y técnicas de producción, entre las cuales destacan las maderas regionales, vidrio, cerámica, cartonería con complementos de crin de caballo, astas de venado, chivo, etcétera.
Por todo lo anterior las máscaras son un ejemplo vivo del patrimonio cultural material e inmaterial de la vida en México y por supuesto un valor excepcional de las comunidades en movimiento. | es_MX |