dc.description.abstract | En el caso específico de la práctica profesional artística, la detección del campo laboral donde se pueden desenvolver los egresados, presenta complejidades importantes por la propia naturaleza creativa de la profesión. A diferencia de otras profesiones, en donde es común encontrar escenarios en donde los egresados buscan desenvolverse profesionalmente en ambientes formales con un empleador que proporciona seguridad laboral en un esquema de tiempo completo, en lo que Ulrich Teichler denomina como “éxito respecto al empleo”, el artista se relaciona más con actividades de trabajo (entendidas como actividades remuneradas monetariamente), enmarcadas en el autoempleo, la autogestión laboral y por qué no decirlo, la informalidad.
El profesional de las artes comúnmente trabaja en proyectos específicos de corta duración, en donde lo importante es el bien o el producto resultante de su labor. Siendo así, el egresado de artes visuales puede tener varios empleadores a la vez (considerados como los sectores que requieren de sus servicios o productos culturales a cambio de una remuneración económica), los cuales naturalmente, cuentan con características y exigencias propias. En este diverso y cambiante escenario, partiendo de la premisa de que vivir de la cultura es un reto, el ofrecimiento de servicios culturales que un creador emergente puede realizar como proveedor a clientes interesados en su adquisición, en este caso, instituciones gubernamentales en materia de cultura, presentan una alternativa de ingresos económicos atractivos. Sin embargo, esta lucrativa dinámica implica muchos obstáculos, a su vez, exige que el artista visual posea una serie de capacidades específicas para participar en este sector laboral.
El propósito de esta ponencia es presentar un panorama general de este campo laboral, así como de sus características, riesgos y requerimientos necesarios para insertarse de manera óptima en este sector. | es_MX |