dc.description.abstract | El descuido de espacios públicos que fomenten el encuentro es una gran carencia en nuestra sociedad e impide generar puentes entre generaciones y culturas distintas. Una persona que no tiene exposición a distintas maneras de ser y estar en el mundo, es alguien a quien le costará aceptar la diversidad en su comunidad, propiciando la segregación y marginación de sectores de la sociedad. Además, a través de la interacción y el diálogo las personas se reconocen y refuerzan su identidad.
El problema con los espacios públicos en la actualidad es que no son percibidos como infraestructura social que ayuda a combatir la polarización y fragmentación social, sino que desde la política se perciben como prescindibles, siendo que son necesarios más que nunca. En su obra Palaces por the people, Eric Klinenberg (2018) expone el potencial de los espacios como las bibliotecas y parques para luchar contra la inequidad y la polarización de la sociedad. La infraestructura social son los espacios físicos y organizaciones que moldean la manera en que la gente interactúa. No son el capital social que mide las relaciones de las personas y redes interpersonales, sino las condiciones físicas que determinan si el capital social se desarrolla. La infraestructura social es crucialmente importante porque las interacciones locales y cara a cara son la base de toda vida pública (Klinenberg, 2018, 5).
En la actualidad los espacios públicos no se aprecian con todo el potencial que tiene para fungir como infraestructura social, la cual tiene un rol crítico para cambiar la dinámica social moderna que cada vez fragmenta más a la sociedad. Tomemos el caso de las bibliotecas públicas, que en países como Colombia han tenido un papel esencial en el proyecto de reestructuración social pos-guerrilla. En Medellín, en comunidades con altos índices de violencia se construyeron los Parques Biblioteca, que han ofrecido espacios para que las personas interactúen y tengan acceso a diversas actividades, incidiendo en la generación de tejido social y al plantear un nuevo estilo de convivencia (Peña, 2011).
La manera en que podemos lograr que las bibliotecas tengan este impacto es si son gestionadas centradas en las necesidades de la comunidad. Las bibliotecas pueden ser hospitalarias, fomentar la confianza, provocar conversaciones entre personas de distintas ideologías, despertar la curiosidad por aprender, brindar espacios para la recreación, ser un refugio. Lo que necesitamos es escuchar las necesidades de la comunidad y atenderlas desde estos espacios. Es sorprendente que por mucho tiempo en nuestro país se ha normalizado el abandono de las bibliotecas y éstas han adquirido un papel místico dentro de la sociedad, casi sagrado y alejado de nosotros, es momento de sacudir esta imagen.
En esta ponencia se profundizará en la necesidad de fortalecer la infraestructura social en México, particularmente las bibliotecas públicas, y estrategias para la sostenibilidad de las mismas desde la gestión cultural. | es_MX |