El consumo cultural en los espacios escénicos alternativos
Abstract
Dentro de la totalidad de la industria cultural dedicada a productos escénicos aparecen los foros alternativos, heterotopías, lugares otros de contrariedad que permiten relaciones imposibles, improbables e incompatibles, pequeños espacios de diferencia y resistencia, "hay algunos que son absolutamente distintos: lugares que se oponen a todos los otros (…) Son de alguna manera contraespacios." (Foucault, 2010), que sin embargo deberá adherirse, en busca de supervivencia, al ente rector hegemónico. "Lo que se resiste puede sobrevivir sólo en la medida en que se integra. Una vez registrado en sus diferencias por la industria cultural, forma ya parte de ésta (…)" (Adorno, 1994). Así se erigen los foros alternativos, espacios independientes que navegan con la bandera de la democratización del arte y la cultura dedicados a la promoción y difusión de las artes escénicas bajo la impronta de vigencia, experimentación y contemporaneidad; faros de esperanza y posibilidad para las compañías, directores, coreógrafos, bailarines y actores, quienes en ellos ven resuelta una parte del problema de la producción de su arte.
El uso de los foros alternativos es parte intrínseca de la agenda artística nacional, es ya una tradición, pero una tradición selectiva Williams (1994) "representan no una continuidad necesaria, sino deseada (…) deseo, que está efectivamente definido por las relaciones sociales generales existentes." En ese tenor, la existencia de dichos espacios pudiera ser simple sentimentalismo anacrónico que busca someramente responder a políticas culturales demagógicas y sin una vinculación y seguimiento real o un acierto más en esta amalgama cultural cada vez más confusa y difusa que busca resolver el problema de la negociación, representación y apropiación de bienes simbólicos en un universo social que vive en conflicto permanente por tratar de dilucidar si la cultura es o no un lastre económico en el desarrollo y funcionalidad del país.